Por Nélsido Herasme

Nélsido Herasme¡Por fin! Me siento alegre, porque los patriotas de hojalatas del patio nuestro nos han tomado en cuenta, al lanzar todo tipo de improperios, incluyendo amenazas de muerte contra comunicadores y periodistas de toda una vida, simplemente porque el tema haitiano les causa urticaria y dolor estomacal.

Qué bueno que me encuentro en la lista donde están los Huchi Lora, los Juan Bolívar Díaz, los Roberto Cavada y las Amelia Dechamps, a quienes los amenazantes después de acusar de “traidores a la patria”, plantean el sagrado deseo de darle para abajo.

Periodistas amenazados de muerte¡Ofrézcame! Es como dice el doctor Fidel Díaz Ferreras, que “sembrar  democracia en la República, es como intentar cultivar manzanas en la sección El Salado, de la provincia Bahoruco”. Es como arar en el mar.

El terreno de la democracia en el país está muy agreste. Hacer periodismo serio y comprometido con la verdad en este conuco con postes de luz es un peligro que el que osare puede terminar hasta perdiendo la vida.

¿Quiénes han sido los que han propiciado el desorden fronterizo en la RD? Son esos mismos politicastros, nacionalistas de pacotilla, que por años sin términos han vendido su dignidad y decoro al mejor postor. Son esos mismos que aplaudieron hasta el delirio la invasión norteamericana del 1965 restauradora de la dictadura trujillista con Balaguer al mando.

Son esos mismos que usaron la mano de obra haitiana en los ingenios del CEA creando guetos humanamente insoportables.

Son esos mismos grandes terratenientes y ganaderos con sus fincas repletas de haitianos para explotarlos inmisericordemente como si fueran esclavos. Son esos mismos ingenieros mafiosos del sector público y privado que esclavizan la mano de obra haitiana para reducir costos de producción en la construcción, pagándole salarios de miseria y hambre.

Son esos mismos que satanizaron al inmenso Peña Gómez, negando el acceso al poder a ese gran dominicano por ser negro.

De algo si debemos estar claro, y es que los periodistas que aun no han sido doblegados, reciben la andanada de amenazas, venidas de grupos y movimientos políticos de poca monta, los cuales reciben financiamiento de sectores que marchan camino a unipersonalizar el poder, por tanto, todo el que represente estorbo para sus intereses tratarán de sacarlo de juego. “Nos ladran, Sancho…”