Una vida signada por dos guerras mundiales, conflictos internos que lo hicieron, en principio, ser parte del movimiento de liberalización eclesial, que propugnaba por cambios sustanciales dentro y fuera de la Iglesia Católica, y luego, a ser un férreo defensor del ultraderechismo dogmático, forman parte del recorrido que llevó a Joseph Ratzinger