Por Fernando Rodríguez*

La muerte es el fin de la vida física de una persona. El fallecimiento de Cruz Duran Montero por su práctica social, política y humana nos permite que el espíritu de Cruz siempre viva entre nosotros, sus camaradas, sus compañeros, sus familiares y sus amigos.

Cruz Durán que siempre estaba atento al otro más que a él mismo, en cualquier tipo de problema. Él trataba de darle una salida humana, siempre dentro del concepto del humanismo revolucionario con determinación y total entrega. Era de los seres humanos que se quitaba la comida de la boca para ser solidario con los más necesitados.

Siempre tenía una idea nueva, una salida razonable a los problemas con sus jocosidades naturales, pero con el temple de un militante comunista. Recuerdo que cuando las contradicciones estaban más altas decía “para que, si se puede difícil hacerlo fácil, no jodan”.

A Cruz Duran lo conocí en 1976, cuando la Línea Roja reclutó, dentro y fuera de su militancia a jóvenes bachilleres y estudiantes universitarios con un plan maestro de rescatar la Asociación Dominicana de Profesores (ADP); después que la organización magisterial había estado estancada por la represión balaguerista. Y el Comité Ejecutivo inoperante. En los días de huelga que tuvimos en el año 1976 se autorizó el descuento del salario a los profesores por el entonces secretario de Educación, Leonaldo Matías Berrido. Desde esa época fuimos buenos camaradas y amigos. Él se desarrolló en los trabajos del Distrito Nacional llegando a ocupar la Secretaria General y paralelamente yo dirigía en el Norte.

Cruz Durán junto a Rafael Santos Badia, Celio Guerrero Linares, Sigfredo Cabral, Nelly Amador y José Manuel Rosario, entre otros buenos compañeros del Distrito Nacional, elevó a la capital el nivel organizativo y combativo, pues en el Norte del país había seccionales como la de Bonao, Salcedo, Santiago, San Francisco de Macorís, Moca, así como también la posición de maestros de Santiago Rodríguez que eran guía de lucha magisterial.

Nunca nos separamos ni de partido político, ni de corriente. Hicimos una buena yunta en la lucha por el bienestar del maestro, la democracia y el desarrollo de la política al mando de la lucha por un mejor país.

Cuando Bertolt Brecht dijo: “hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”. Cruz Duran Montero fue uno de esos hombres incesante que se esforzó por el bienestar común. Nunca tomó vacaciones, no se inventó contradicciones para dar paso en falso, su práctica fue la de un revolucionario. Cruz fue un humanista en todo el sentido de la palabra; un hombre bueno por todas esas cualidades. Siempre lo sentí camarada, siempre lo sentí compañero, siempre lo sentí amigo.

Cruz Durán un hombre de mil batallas. Ganó muchas, perdió otras. Tanto las que ganaste como las que perdiste lo hiciste con una estrella en la frente, de manera firme como una roca, templado como el acero y con la disciplina maestra de un visionario.

Todos hoy lamentamos la muerte del compañero, del amigo Cruz Durán porque fue un gran ser humano, solidario siempre. Con una formación Marxista-Leninista estaba siempre convencido de la necesidad de que los pobres más temprano que tarde lograran su liberación con justicia y equidad. Por eso nos duele tu partida y te recordaremos alegre y siempre joven. Te recordaremos firme y templado. Te recordaremos solidario y humano. Te recordaremos revolucionario sin vacaciones, ni pasatiempo. Te recordaremos como necesita la sociedad de hoy: transparente, justa y equitativa. De bienestar para todos. Hasta siempre camarada, hasta siempre hermano y amigo Cruz Durán Montero.

*Maestro Fernando Rodríguez Veras
Ex dirigente de la ADP por 38 años.

CONTENIDO RELACIONADO:

Murió el profesor Cruz Durán Montero, ex dirigente ADP y PTD

Tomás Pichardo: “ADP ha perdido su principal dirigente clasista”