Por Guido Gómez Mazara

El genio creativo de Carlos Collodi hizo de Pinocho un referente literario inigualable que inspirado en las habilidades de Geppetto transformó a fuerza de tallar un muñeco en ser vivo con el único compromiso de ser obediente, generoso y sincero. Desafortunadamente, su debilidad por mentir provocó que la nariz le creciera en proporciones alarmantes como muestra incuestionable de la fascinación por alejarse de la verdad. Desde niño nos enseñaron que todo hablador, truculento y falso se expresaba en un órgano esencial difícil de ocultar.

En un país colocado en el mismo trayecto del sol, algunos se inspiran en la idea de que toda acción puede ser creíble en la medida en que los instrumentos de la comunicación lancen el mensaje orientado por la fuerza de los recursos y un bocinaje siempre adicto a realizarlo todo por dinero. ¡Y no es verdad!

Las reglas del juego están cambiando. Y la mano del revuelto y brutal anda construyendo las piezas de un expediente perturbador en un continente caracterizado por una clase política amante del dinero y exponentes del mundo financiero, siempre dispuestos a contratar al filibustero de turno para sumarlos en proyectos que tienen en la justicia el aliado histórico de sus excesos. A ellos, le crece la nariz y sus tiempos de dificultad llegan sin importar los juristas selectos y eternizadores de dioses del ocaso que, como en el cuento del creador italiano, su Pepito Grillo desiste en “orientarlo” ante la debilidad de su Pinocho por mentir.

Transformar vía un contrato inicial de 500 mil dólares en la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), los parámetros financieros del principal proyecto energético para que la adjudicación del 10 de diciembre del 2013 abriera las compuertas de “un contrato de asesoría” con la empresa ganadora que ejecutó 1,495 millones de dólares sumados a 495 millones de dólares en la construcción de un puerto, no parece una actuación inocente. Genio y figura hasta la sepultura. Por eso, cinco depósitos que ascienden a 3.3 junto a la adquisición de un inmueble ubicado en el exquisito sector de 135 West 52 Street dejan las huellas suficientes para que el Departamento de Sobornos de Odebrecht utilizara las fuentes de bancos y compañías Off-Shore premiando al genio de la arquitectura financiera que los condujo al olimpo, perdón ….a Punta Catalina.

Detectado en su mentira, Pinocho calca el rostro del creador local. Barbas, lentes, articulado en sus palabras y esencialmente mentiroso. Creyéndose amo del universo siente que espacios pagados en los diarios nacionales representan la excusa mediática por excelencia que intenta conseguir con los medios lo que debe transformarse en un juicio público, oral y contradictorio. El drama se llama Baker Street Financial y el documento fechado en New York con el número 2015121000256001 y notarizado por James Giordano.

Pruebas irrefutables, rastros que no podrán ser inobservados por un Ministerio Público con dos dedos de decencia. Localmente, intentarán salvarlo, pero las decisiones del magistrado Ortega Polanco no podrán borrarse y el artículo 305 del Código Tributario envía a los rieles de la evasión hechos tangibles que historias sobre origen migratorio, días de intensa labor en la avenida Mella, el colegio La Salle y grados en la Universidad de Columbia, no pueden servir de excusas para cubrir un vulgar soborno con tintes de “asesoría”.

Es al insigne Simón Bolívar que se le atribuye la frase de que el talento sin probidad es un azote. Y no hay dudas. Pasará con el Pinocho de la actual coyuntura que, en buena justicia, quedó develado después de años de piruetas, complicidades, insultos a líderes políticos y la reiterada fascinación por el uso de la daga artera ejecutándola contra los que en circunstancias especiales le brindaron su mano amiga.

Oh, el tiempo poniéndolo todo en su lugar. Ya eres Andynocho y podrán pasar los años que las complicidades y el poder te garantizan. Eso sí, algún día los bancos de la justicia serán receptivos contigo. Le pido a Dios mucha salud: allá nos vemos!