Por Ramón Colombo/FOGARATE

No hay cosa más saludable en cualquier sistema político (sobre todo si está en decadencia, como es nuestro caso) que de vez en cuando se suelte un “loco” que rompa lo formal; que altere las normas del buen comportamiento; que estremezca los sentimientos ciudadanos y que haga reír a unos y llorar a otros; que hable alto y sin ningún tapujo; que envista contra los hipócritas y miedosos; que no le tenga miedo ni al mismísimo diablo y que, en fin, se haga un incordio insoportable para quienes gobiernan. Por todo eso, ¡qué bueno que en el Senado se ha soltado un “loco”: Wilton Guerrero! (Por lo menos para entretenernos).