Por Genris García

Cilito Eusebio Rijo, dirigente de los pensionados muestra la carta enviada al presidente Danilo Medina. (Fotos: Genris García)

SANTO DOMINGO.- Por tercera vez, en los últimos días pensionados del Instituto Dominicano de Seguro Sociales (IDSS), en su mayoría trabajadores del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) volvieron al Palacio Nacional a reclamar la pensión que no acaban de recibir a pesar de que lo dejaron todo en los campos de cañas, los talleres y caminos del desaparecido emporio oficial.

Como en las dos ocasiones anteriores, lo recibieron decenas de agentes contra motines de la Policía Nacional, y en la casa de Gobierno, una comisión entró a entregar otra carta al presidente Danilo Medina.

Pesionados y jubilandos próximo al Palacio Nacional.Muchos de los que vinieron desde distintos bateyes del país, todavía no reciben la pensión. Otros, reclaman que les aumenten los RD$5,117.00 que reciben desde el 2007, ya que eso es insuficiente para cubrir sus necesidades alimenticias y de salud.

En la carta dirigida al presidente Medina firmada por el reverendo Emilio López Muñoz, secretario general de la Asociación Nacional de Pensionados del IDSS (ANPISS), definen la situación de los pensionados y jubilados como “dramática”.

Revelan que cada mes mueren entre 196 y 221 pensionados y jubilados, lo que atribuyen a que son personas de avanzada edad, “también está dado en el hecho de que el monto de estas pensiones no permiten cubrir los medicamentos, alimentos y otras necesidades que son vitales más aún para los envejecientes estos hombres y mujeres que dieron su vida y su fuerza de trabajo por el desarrollo del país”.

Como “un acto de justicia social” los pensionados y jubilados piden que la pensión mínima de RD$5.117.00 sea llevada a RD$10.000.00, así como las de esa cifra hasta los 50 mil pesos, sean aumentadas en un 30%, “de esta manera los pensionados y jubilados del país podrán compensar en parte su capacidad adquisitiva y contribuir con estos a la paz y la tranquilidad de los hogares de miles de pensionados y jubilados que tienen las esperanzas cifradas de que en su gobierno se le hará justicia a sus esfuerzos por haber contribuido al desarrollo del país”.

Historias que se repiten

Lise Ravelo

Entre los manifestantes estaban Lise Ravelo, quien llegó de Haití cuando tenía 39 años, en 1979, y por 15 años laboró en el CEA. Él está esperando su pensión.

Ravelo laboró en el Ingenio Río Haina, y entonces vivía en el Batey Lechería. Ahora vive en Palavé, en Manoguayabo.

Dice sentirse más dominicano que haitiano, ya que no ha vuelto a su país desde que cruzó la frontera para venir a trabajar.

Destaca que “a mí no me han maltratado, ya que soy hombre humilde y del Señor”.

Julio MolaPero viene con sus paisanos a reclamar su pensión ya que sus fuerzas quedaron en las plantaciones de caña de azúcar.

Otra es la historia de Julio Mola, de 65 años, a quien en 1985 una maquinaria del CEA le trituró su pierna derecha.

Ni esa realidad ha servido para que los que mandan les entreguen su pensión.

Dijo que llegó al país cuando tenía 10 años y en Haití no le queda ningún familiar, “aquí murieron mis padres y nacieron mis cuatro hijos”.

Cuenta que en 1985 perdió su pierna y ahora está perdiendo su visión, y necesita urgente su pensión para poder vivir. Mora en San Luis.

Los jubilados y pensionados vinieron de San Pedro de Macorís, La Romana, El Seibo, Hato Mayor, Haina, San Cristóbal, Manoguayabo, Palavé, y otras comunidades.