Por Ramón Colombo/FOGARATE

Estoy seguro de que lo único que no escasea en esta patria («Patria, patria, ¡qué rica está la patria», a ritmo de merengue y según el estilo de cualquiera de nuestros combos de partidos) es el político dispuesto a sacrificarse por ella… ¿Por qué esta patria ya tan vieja necesita tanto sacrificio? Creo que lo que más necesita esta patria, más que ofrendas florales y obsesivos sacrificios de primeras planas, es más consideración y respeto… (Por ejemplo, que a los hijos de la Patria no nos hablen de sus debilidades y defectos y que, por favor, en febrero no le levanten tanto la falda… ¡Pobrecita!).