Por Anny Santos
SANTO DOMINGO ESTE.- Si usted es mujer y transita en vehículo o a pies por el puente Matías Ramón Mella, mejor conocido como de “La Bicicleta” tenga cuidado, los asaltantes están al asecho y en cualquier momento la despojan de sus pertenencias.
No importa que sea de día o de noche. Los delincuentes aprovechan cualquier descuido.
Aunque los atracos son un “secreto a voces” y en el lugar hay cámaras del Sistema de Seguridad 911, esto no espanta a los malandrines que parecen operan a sus anchas.
Una de las historias que les contamos inició en la cabeza oeste del referido puente.
Allí dónde los conductores, que transitan por la avenida Mella atravesando Santa Bárbara para dirigirse a Santo Domingo Este, tienen que girar a la derecha para entrar al puente de “La Bicicleta”.
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Fotos: Genris García
En el trébol se ocultan pillos que al menor descuido arrebatan carteras y celulares y desaparecen rápidamente de la escena.
En otras ocasiones, aprovechan que las conductoras, detengan su marcha y suben a los vehículos obligando a las mujeres a entregar sus pertenencias de valor.
“Solo escuche el ruido que procedía de fuera cuando un hombre entró a mi vehículo, que horror para mí, ver alguien que no conoces tan cerca de ti, solo atine acelerar, mientras el individuo me decía que me parara y forcejeaba e insistía en que si yo era guapa nos íbamos a matar, aquí nos vamos a matar insistía”, dijo Rosa* (nombre ficticio) de una empleada privada víctima de uno de esos asaltos.
Contó que esos minutos parecía una eternidad, mientras daba zigzag para llamar la atención de los demás automovilistas que transitaban por el puente en ese momento.
Sin embargo, su batalla se redujo cuando el asaltante le vocifero “si no te para te mato” en ese momento María* reacciono e inmediatamente redujo la marcha del vehículo, mientras el asaltante le decía “dame el celular, dame el celular, que estaba dentro de la cartera que ya él tenía en sus manos.
Ya con su botín en las manos, y detenida la marcha del vehículo el ladrón se bajó del vehículo ya en territorio de Santo Domingo Este.
Para sorpresa de la asaltada, detrás de ella venían dos de sus compañeras de trabajo, quienes se advirtieron que “se subió alguien en el vehículo en la cabeza del puente, y fueron testigos de tan horroroso momento para las tres.
Carolina* narró “eso parecía de película, logre llamar al 911 y detenerme para llamar la atención de los las personas que transitaban por el primer puente peatonal de la avenida 25 de Febrero de Oeste a Este.
Es muy próximo al puente a desnivel sobre la avenida España.
¡Oh sorpresa para Carolina* y Minerva*! “cuando están tratando de animar a su compañera, son sorprendida por otros dos asaltantes que se desplazaban en una motocicleta.
Uno de los tipos forcejeo con Minerva* y finalmente se llevó su cartera.
Aquí la iluminación de la avenida 25 de Febrero es escasa.
El segundo asalto es realizado con escasos minutos de diferencias y dejó a las tres mujeres llena de pánico.
Corrieron a los respectivos vehículos llenas de espantos.
Una patrulla de la Policía se presentó y tomó algunos datos.
La remitieron al destacamento que les corresponde en Calero, y allí el oficial de turnos le pregunta a María* “puede hacernos un retrato hablado de la persona que la asaltó” a lo que ella respondió que no.
Los policías levantaron un acta de los asaltos. No ha pasado de ahí.
Sin embargo, para María*, lo más importante que al llegar a su residencia encontró con el abrazo y el apoyo de sus tres hijas, lo que no cambia por las cosas materiales que se fueron en esa cartera.
“Les exhorto a las personas que transitan en la entrada del puente Matías Ramón Mella que se cuiden, para que no vivan esta experiencia que te deja con una secuela de terror y de miedo”, sostuvo.
En cuanto a las autoridades pidió que actúen contra la delincuencia que azota el país”.
Para el común de los transeúntes en el lugar son un secreto a voces los asaltos, especialmente a mujeres, pero las autoridades, al parecer, no se percatan de esas acciones.
*Las víctimas de los dos asaltos son reales. Empleadas privadas y contaron los hechos a condición de que no se revelaran sus identidades.