Por Guarionex Concepción
Todavía campean por sus fueros quienes creen que el pueblo no tiene capacidad para conocer al cojo sentado y, al ciego durmiendo y al mudo sin que hable.
Esos se han llevado la más desagradable de las sorpresas. Y es que la gente humilde, iletrada, la que ha tenido que aprender de todo para sobrevivir, ha dado la gran lección en las pasadas votaciones.
La gente de a pies no es tarada, como algunos creen. Conoce y sabe distinguir. Sabe cuándo solo se habla bonito y cuando se le dice la verdad. En 20 años pasados aprendió lo que nunca. Los 12 años de Uno y los 8 del otro fueron la gran escuela.
Es probable que el cuatrienio actual sea el gran curso intensivo que esté actuando en la conciencia de los ciudadanos de hoy día. Deben ser bien aguzados los actuales ocupantes del palacio y saber que la gente a ha pagado a quienes lo hacen mejor y ha cobrado a los que mal lo hicieron en cinco períodos de gobierno.
Al pueblo lo hacen participar en un nuevo curso desde el 2020, pero el pueblo es que termina siendo profesor y jurado examinador. Si pasan la prueba o se queman es culpa de los que ahora hacen de «profesores».
Los «profesores» desde el 16 de agosto de 1996 hasta el 16 de agosto de 2020, Leonel Fernández primero y luego Danilo Medina, se quemaron y han quedado crujientes, porque el pueblo, que hacía de alumno, integró el jurado y los achicharro en el examen.
De modo que el pueblo ha dado la gran sorpresa. Danilo, al que todo el mundo le suponía un tercer lugar, en realidad ocupa el segundo. Leonel, con «la gran Fuerza del Pueblo», no ocupó ni siquiera el tercer lugar, sino que ha sido juzgado y sentado en el cuarto lugar, detrás del Partido Reformista.
Esto indica claramente que el pueblo aprendió a levantar el pie y ya no va a tropezar con la misma piedra. Menos mal que existen los que no tienen nada que perder, como dice la canción.