Por Leonardo Cabrera Diaz
Para hablar o escribir de San Cristóbal, sin llegar a irritarse o sentir un revuelo estomacal habría que deshumanizarse, porque relatar o describir la situación que atraviesa esta población, es lo mismo que viajar del coraje a la pena.
Coraje de sentir y ver la indiferencia y apatía que como flor de virtudes caracteriza a sus autoridades; todas, sin excepción, quienes como si estuvieran anestesiados de cuerpo entero perdieron la sensibilidad ante sus padecimientos y necesidades.
Pena, porque pena debe dar, que en lugar de darnos un respiro, y alivianar un poco la carga, la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana, (ETED), trabaja “viento en popa y a toda vela” para colocar torres y grandes postes para las líneas de 69 mil voltios que atravesarán todo el centro de la ciudad.
Coraje, porque coraje tiene que dar, tanta connivencia, y complicidad de nuestras autoridades.
Ni siquiera por aguaje, intentaron explorar alguna otra alternativa, para evitar el paso de cables de alta tensión por el centro de la ciudad por los inconvenientes de salud y otros peligros que pudieran generar a la población.
Por eso no me canso de preguntar, ¿San Cristóbal, carajo qué fue lo que hiciste?
Con Dios siempre, a sus pies.