Por Manuel Hernández Villeta/A Pleno Sol

El gran reto de los partidos políticos de cara al 2025, es su reorganización interna, antes que la pugna ciega por la candidatura presidencial. A los aspirantes y precandidatos se les debe hablar con claridad: ¡todavía no llega el momento!

Los tres principales partidos políticos deben lograr una reorganización interna. Los que ganaron, con el Partido Revolucionario Moderno a la cabeza tienen que reorganizarse, sin descuidar los cargos oficiales que tienen sus eventuales precandidatos.

A la falta de políticos que se sacrifiquen en el partido, y dejen a un lado los cheques, se deberá establecer una división clara de que desde una posición oficial no se pueden distraer recursos, sobre todo económicos, para tratar de ganar las elecciones internas.

Una desproporcionada campaña interna puede llevar al presidente Luis Abinader sencillamente a tener que cortar cabezas, sanear la administración y dejar a los que desean trabajar.

Por demás, en este año que comienza el gobierno tiene que cambiar miras y objetivos, y pasar a depurar a funcionarios que lucen grises, alejados del interés nacional e incapaces de ejecutar el desarrollo de los ministerios que ponen bajo sus órdenes.

Es un mal paso tener un cargo público y ser precandidato a destiempo. Una carga muy pesada para todos los que aspiran teniendo a su lado, no la brisita, si no el ventarrón de realizaciones desperdiciadas.

Como partido ganador mayoritario en todos los estamentos de las elecciones pasadas, el PRM debe hacer rápidamente un historial de sus actuaciones, de su enfriamiento, de su congelamiento, de estar en ocasiones fuera del debate nacional.

Hablan los funcionarios, amparándose en un cargo público, pero sin fuerza política, como si cada cual defendiera su parcelita, sin pensar en el partido como una estructura única.

El principal escollo a vencer por el PRM es que el presidente no va. La constitución prohíbe la segunda reelección, y ello abre la cacerola en la búsqueda de la candidatura.

En su calidad de líder del PRM el presidente está en la obligación de llamar a la calma, primero reorganización, y después precandidaturas. Esa es la única forma de poder seguir en el poder. Los egos políticos son traicioneros.

En la oposición, los dos grandes, Revolucionario Dominicano y Fuerza del Pueblo están obligados a ir a una reorganización interna, donde no surja imponiéndose la cabeza de sus principales dirigentes.

Castra las reformas de estos dos partidos que tienen por común que nadie aporta fuerza de aspiración, en el PLD, si no tiene el apoyo de Danilo Medina, y en la Fuerza, de Leonel Fernández. Están obligados en producir cambios intestinos o correr el riesgo de sucumbir.