Por: Francisco Luciano

El regidor o regidora tiene un rol de vital importancia para alcanzar el desarrollo del municipio que integra. Debe ser un miembro activo del Ayuntamiento en representación de los mejores intereses de la comunidad que representa. El regidor tiene la función de legislar en favor de los habitantes del municipio, proponiendo y aprobando normativas que vayan en pro del bien común de sus representados que son los pobladores o munícipes residentes en la comunidad. El regidor es en esencia un representante del pueblo que le elije y el contacto más cercano del Gobierno municipal con la ciudadana de la localidad.

Los regidores ejercen la función de control de las acciones y ejecutorias de los alcaldes o alcaldesa, tienen la responsabilidad de aprobar el presupuesto municipal y sancionar los informes de su ejecución. En definitiva, tienen la obligación de garantizar la fiscalización necesaria para que se cumplan las disposiciones legales emanadas de las Leyes de la República, las Normas y Reglamentos atinentes y aplicables a su jurisdicción.

El regidor o regidora está llamado a encabezar los procesos de auditoría o fiscalización de la gestión del alcalde o alcaldesa, y debe asegurar que se haga el mejor y más eficiente uso de los recursos que administran las Alcaldías, así como también conocer y encaminar las iniciativas de propuestas de los ciudadanos que representan.

Los regidores deben ser promotores de iniciativas que contribuyan al desarrollo de su municipio en beneficio de las personas que en el habitan, impulsando ideas, planes y proyectos para dinamizar la economía local, el comercio, el fomento de la inversión pública y privada, así como contribuyendo a establecer normativas que mejoren los servicios públicos, la instalación de nuevos y de igual manera la organización de actividades culturales, deportivas y recreativas en beneficio de la gente.

El regidor no está para construir, pero si para sugerir que se construyan las obras necesarias para el progreso, desarrollo y bienestar de sus representados por la vía del establecimiento de políticas públicas municipales que vayan en esa dirección.

Al regidor no le compete administrar los fondos del Ayuntamiento, pero si velar que su uso sea correcto y ceñido al presupuesto municipal aprobado.

El buen regidor es aquel que está presto y atento a los problemas del municipio para aportar soluciones, mediante resoluciones de la sala capitular que el alcalde deberá aplicar.
Un aspirante a regidor responsable no puede ni debe ofrecer lo que por la naturaleza del cargo no es su competencia, porque cuando así actúa, en caso de ganar, compromete su credibilidad y la de su partido.

El autor es dirigente de la Fuerza del Pueblo