Luis Acosta Moreta, presidente de la UDCSANTO DOMINGO.– El presidente del Partido Unión Demócrata Cristiana (UDC), dijo este miércoles que no permitirá que la Ley de Partidos Políticos sea una guillotina para eliminar la diversidad y la pluralidad, cercenar la democracia y desconocer la voz y el sentir de todos los dominicanos.

Luis Acosta Moreta, “El Gallo”, presidente de la UDC, manifestó que la llamada sociedad civil tiene interés en que se apruebe la ley de partidos, para excluir a las diferentes voces que están representadas en el acontecer nacional.

Afirmó que para la sociedad civil solo deben existir dos grandes partidos políticos, rodeados de “notables”, que se encarguen de manipular lo que convenga a sus intereses, que necesariamente no es lo mejor para el pueblo.

Los partidos emergentes son representativos del pueblo y tienen todo el derecho a existir, manifestó, y agregó que es al pueblo que le corresponde, en votaciones libres y democráticas, determinar cuál es la verdadera fuerza de cada uno.

Alertó que como se estructura la Ley de Partidos sería un golpe a la democracia si plantea la existencia única del bipartidismo, y trata de segregar a todos los otros segmentos políticos.

La democracia dominicana se fundamenta en la pluralidad política, en la multidiversidad ideológica, por lo que esa conquista no puede ser cercenada por personalidades que sólo buscan beneficios personales.

Apuntó que si los miembros de la sociedad civil quieren llegar a la presidencia de la República solo tienen que fundar un partido político, o trabajar en uno de los existentes, pero no buscar caer de paracaídas, por encima, sin demostrar sus buenos deseos e intenciones.

La UDC manifestó que nadie le ha regalado un voto, ni un miembro, sino que su fuerza comunitaria la ha conseguido trabajando en el corazón del pueblo y ayudando a resolver muchos de los problemas nacionales.

Defendemos nuestro derecho a existir dentro del ambiente democrático, por lo que nos oponemos a una Ley de Partidos Políticos, sino a los artículos dentro de la misma que buscan cortar la cabeza a la diversidad.

Una ley de partidos debe ser para enriquecer la participación y organización de todos los sectores, para que el pueblo determine en las urnas sus preferencias, pero nunca ser una sepulturera de los que quieren por derecho tener voz y voto.