Por Luis D. Santamaria/Mi observatorio*

Quiero expresar por este medio mi repudio a aquellos que han iniciado una campaña sucia en contra de la ministra de Interior y Policía, Faride Raful quien merece respeto y consideración en su condición de mujer y funcionaria responsable en su accionar.

Frente a la mentira, la calumnia, el chantaje y la infamia quiero expresar públicamente mi solidaridad con esa mujer a quienes desaprensivos, envidiosos tratan de descalificar por el solo hecho de querer hacer las cosas bien hecha y así no debe ser.

Lo aconsejable sería que aquellos que tratan de censurar el correcto accionar de Faride Raful depongan su actitud porque lamentablemente lo que están es haciendo el ridículo porque no tienen argumentos valederos para descartar a la correcta funcionaria.

La ministra de Interior y Policía ha denunciado responsablemente una alegada campaña de descrédito en su contra y advirtió que iniciará acciones legales contra “todos los que participen en esa infamia sean sancionados”.

Aseguró que, como servidora pública, ha actuado con “transparencia, integridad y coherencia y apegada a las leyes”.

“Nunca he ocultado quién soy, cómo vivo ni lo que pienso. Por eso creo que, al ser coherente, toda mentira que nace tiene fecha de vencimiento. No me doblego ni me intimidan las perversidades que intentan difundir sobre mí”, expresó la funcionaria en un vídeo.

Es claro que lo que buscan es restar mérito a su labor frente a Interior y Policía, la cual está orientada a fortalecer la seguridad ciudadana, el cumplimiento de la ley y un sistema de sanciones y fiscalización real. «Pero están perdiendo su tiempo. Sabemos quiénes son, no les temo”, afirmó.

“Cualquiera puede resultar víctima de extorsión por contenidos manipulados en las redes sociales», lo cual consideró como «una amenaza real que debemos enfrentar como sociedad”.

Indicó que, por eso, además de dar la cara, estará dedicada a impulsar acciones concretas para evitar que cualquiera pueda inventar situaciones que destruyan la vida, la reputación o la tranquilidad de una familia dominicana.

Instruye a su cuerpo de abogados

Dijo que instruyó a sus abogados, ya que no es solo un acto de dignidad personal, sino que “también un deber público para que nadie más tenga que callar por miedo a una mentira”.

“Esto solo se evita con valentía, con justicia y con verdad. Que esta no sea una lucha individual, sino una causa común en defensa de la dignidad y el respeto”, culminó.

*El autor es periodista. Reside en Monte Plata.