Por Milton Olivo
Creo que la República Dominicana se encuentra en una encrucijada histórica: el país posee un gran potencial para convertirse en una potencia regional, capaz de sostener una economía robusta y de crear empleos dignos para todos sus ciudadanos.
Sin embargo, para hacer realidad esta visión, es crucial asumir un enfoque de políticas macroeconómicas por parte del gobierno, que enfoque sus esfuerzos e inversiones, de forma prioritaria en el desarrollo de sectores productivos innovadores y sostenibles, que posicionan a la nación como un referente de crecimiento y prosperidad.
La creación de empleos estables y bien remunerados es esencial para construir una sociedad equitativa y próspera. Sin embargo, depender únicamente de los sectores tradicionales, como el turismo y la agricultura, no garantiza la generación masiva de empleos ni la estabilidad económica. Por tanto, es urgente desarrollar políticas que incentiven la diversificación de sectores productivos para absorber el talento nacional en áreas estratégicas.
Algunos sectores que pueden convertirse en catalizadores de empleo incluyen la tecnología y la innovación, la agroindustria de alto valor agregado, las energías renovables y el reciclaje de residuos sólidos. Estos sectores no solo ofrecen grandes oportunidades laborales, sino que también promueven un modelo de crecimiento económico sostenible y adaptado a las necesidades del país en el contexto de un mundo cada vez más interconectado y tecnológico.
Creo que, para lograr un desarrollo integral, la República Dominicana necesita apostar por la creación y fortalecimiento de nuevos sectores que aprovechan tanto los recursos potenciales locales, y sobre todo, el talento nacional.
Entre los sectores con alto potencial de desarrollo están:
Tecnología e Innovación: Invertir en apoyar el sector de la tecnología y en el desarrollo de aplicaciones, software y soluciones digitales tiene el potencial de posicionar a la República Dominicana como un centro regional de innovación. Esto requiere la creación de parques tecnológicos, incentivos para startups y programas de formación en habilidades digitales.
Agroindustria y Exportación de Productos de Valor Agregado: Masificar la producción agrícola, desarrollar la pesca industrial, la acuicultura, la maricultura, y la creación de un tejido de agroindustrias capaz de absorber y transformar la producción agropecuaria, en productos agroindustriales con la visión de multiplicar la exportación de productos procesados, lo que impulsará un crecimiento económico sostenible y una mejor inserción en los mercados internacionales. Este enfoque no solo diversifica la economía y eleva el nivel de vida en áreas rurales, sino que también impulsa la generación de empleos en las zonas urbanas y rurales.
Energías Renovables: Apostar por la energía solar, eólica y biomasa tiene múltiples beneficios: reduce la dependencia de combustibles fósiles, disminuye los costos energéticos, crea miles de empleos – por el personal demandado para su instalación-, imaginar proponiéndonos masificar la instalación de techos solares con facilidad de financiamientos, creando el potencial de convertir a la República Dominicana en un país con capacidad de exportación de energía. Además, las energías renovables generan empleos en construcción, mantenimiento e investigación, contribuyendo a la creación de más empleos y la reducción de emisiones de carbono.
Reciclaje y Manejo de Residuos: El reciclaje y la gestión de residuos sólidos urbanos pueden convertirse en una industria clave para la República Dominicana. Invertir en plantas de reciclaje y sistemas de recolección sostenible no solo genera empleos, sino que también aborda el problema ambiental que enfrentan muchas comunidades. Esta industria podría generar energía, e impulsar la economía circular, con empresas comunitarias de reciclaje, donde los residuos se transforman en productos nuevos, o se dedican a las exportaciones, fomentando la sostenibilidad y mejorando la calidad de vida.
Turismo Sostenible y Cultural: Más allá de los atractivos de playa, el país tiene un enorme potencial para atraer turismo cultural, ecológico y de aventura. La promoción de sitios históricos, reservas naturales, y experiencias culturales autóctonas puede atraer a turistas interesados en experiencias únicas y respetuosas del medio ambiente, generando un flujo de ingresos constante y estable.
Para alcanzar el objetivo de una República Dominicana poderosa, el gobierno debe declarar de alta prioridad nacional el desarrollo de estos nuevos sectores, mediante canalizar inversiones de recursos públicos crecientes, e impulsar políticas públicas que incentiven la inversión local e internacional, la formación de mano de obra calificada y la creación de infraestructura adecuada.
Algunos pasos importantes incluyen:
Elevar la Inversión en Educación Técnica y Superior: La capacitación es esencial para adaptarse a los empleos del futuro. Esto implica fortalecer el sistema educativo, con un enfoque en las áreas técnicas, tecnológicas y agroindustriales, para formar una generación de profesionales capacitados y preparados para los nuevos desafíos.
Fomento de la Innovación y el Emprendimiento: La innovación debe ser el motor del desarrollo económico. Crear fondos de inversión para apoyar a emprendedores y pequeñas empresas que innoven en sectores estratégicos puede catalizar el crecimiento de una economía basada en el conocimiento y la tecnología.
Descentralización del Desarrollo: El desarrollo económico debe llegar a todas las regiones del país, promoviendo la creación de polos industriales y tecnológicos en diferentes provincias. Esto no solo generará empleos a nivel nacional, sino que también reducirá la concentración poblacional en las grandes ciudades, mejorando la calidad de vida de millones de dominicanos. Y una forma es creando industrias y luego convertir su valor en acciones y venderlas a inversionistas locales, emigrados o internacionales.
Políticas de Sostenibilidad y Responsabilidad Ambiental: Integrar políticas ambientales en el proceso de desarrollo es fundamental para garantizar que el crecimiento sea sostenible. La República Dominicana puede liderar la región en temas de bioeconomía y economía circular, sirviendo como ejemplo de un modelo de desarrollo responsable con el medio ambiente.
La República Dominicana está en una posición única para trazar un rumbo de crecimiento y desarrollo sostenible que transforme su economía y su sociedad. Crear empleos de calidad, fomentar nuevos sectores productivos y adaptar la economía a los desafíos del siglo XXI no es solo una necesidad; es la clave para construir una nación próspera y poderosa, una Quisqueya potencia.
Si todos los sectores trabajamos juntos, con una visión clara y el compromiso de avanzar hacia el bienestar común, la República Dominicana no solo logrará este objetivo, sino que servirá de inspiración para otras naciones en la búsqueda de un desarrollo integral y sustentable.
El autor preside el Movimiento Quisqueya Potencia.