Por Rafael Peralta Romero/Voces y ecos

El pasado miércoles fue entregado a la escritora Margarita Luciano López el Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil, ceremonia en la que me correspondió la honra de pronunciar el discurso de orden. Me permito transcribir algunas ideas contenidas en esa disertación. Dije, entras cosas, lo siguiente:

Es conveniente resaltar la mucha falta que hace en nuestro país la promoción del acto de leer, para niños, jóvenes y adultos y que, para iniciar a un individuo desde la niñez en esa provechosa práctica, se produce la literatura infantil, cuyos creadores, con sus obras, aportan un valioso soporte al proceso educativo de niños y jóvenes.

Estoy convencido de que conseguir esa meta nos conducirá hasta el alcance de un objetivo superior, ese objetivo superior consiste en cambiar nuestra sociedad. Es una verdad incuestionable que para cambiar la sociedad y lograr, en consecuencia, ciudadanos mejores, hay que comenzar con la infancia.

El primer aprendizaje de un bebé es la palabra y sus primeros docentes deben ser su madre y su padre. La palabra es fundamento del pensamiento, pero no puede limitarse a esta única función, pues ¿cómo puede la persona prescindir de la palabra, siendo esta, como es, materia esencial para las relaciones entre los seres humanos Por ejemplo, el trabajo, en general; el amor, cual que sea su forma de expresión; la diversión, la expresión religiosa…, en fin que la palabra es un bien indispensable para el ser humano.

Pero, vaya incongruencia. Sin importar que sea la palabra una gracia vital para las personas, la sociedad de hoy tolera con inacabada mansedumbre que niños y jóvenes vayan renunciando a la posibilidad de alcanzar el debido dominio de su lengua para seguir patrones de comunicaciones basados en el facilismo, el idiotismo y un evidente detrimento de nuestro idioma.

Es necesario conseguir que nuestros niños y jóvenes puedan leer, que disfruten leer y quieran hacerlo. Con más lectura, lograremos una población mejor educada. La lectura, pese a que es un recreo, más que clase, es una excelente aliada de la educación. Y ya sabemos que la educación es la vía idónea para conseguir una sociedad civilizada.

Estas ventajas se persiguen con la creación de la literatura para niños y jóvenes, y se justifica proclamar que, para impulsar la creación de libros de esta rama, ha sido creado el Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil. Regocijémonos en este galardón y deseémosle larga vida, deseemos que Margarita Luciano López disfrute el que hoy dignamente recibe y este le proporcione, como a quienes lo entregamos, gran alborozo y complacencia.

rafaelperaltar@gmail.com