Por Daniel García Santana
Aplaudo el plan para la compra de 300,000 medidores de energía eléctrica para las empresas distribuidoras de electricidad, anunciado por el presidente Luis Abinader Corona, en el discurso pronunciado con motivo de la celebración del 159 aniversario de la restauración de la independencia dominicana.
Siempre he creído que cada cliente de las Edes debe ser contratado con la instalación de un medidor, y desterrar o minimizar “el servicio directo autorizado”, sin contadores, aunque esté permitido por la Ley de Electricidad (125-01), porque esa acción debilita más, la frágil, desde su fundación en el año 1999, relación de esas empresas con la mayoría de sus clientes, no obstante, a las importantes acciones de gestión social comunitaria promovida por organismos financieros internacionales y ejecutadas por las distribuidoras en los proyectos de rehabilitación de redes y en otras zonas de su área de concesión.
El medidor es un equipo indispensable para mantener de forma correcta el objetivo de ganar, ganar de clientes y empresas de electricidad, ya que con los mismos se determina el consumo real de cada cliente, aunque sea cuestionado por algunos cuando se quejan o hacen reclamaciones por alta facturación.
Además, los contadores evitan que el cliente se sienta insatisfecho por la facturación estimada, ya sea por una desacertada toma de carga de consumo o percepción, y pérdidas a las empresas por la suma de equipos eléctricos, como acondicionadores de aire, sin el conocimiento de las mismas.
Quienes conocemos el sector eléctrico sabemos lo difícil que es no responder a tiempo a la contratación e instalación de un servicio por la falta medidores u otros materiales en un país donde muchos prefieren no pagar la electricidad, por lo fácil de mantener el consumo 24 horas de gratis. Por eso vemos con alegría lo anunciado por el primer mandatario.
Con la inversión de US$1,200 millones en el sistema distribución de electricidad en los próximos dos años, la compra de 300,000 medidores (unos 100,000 por empresa), de una gran cantidad de transformadores de potencia y de distribución, redes y otros equipos, las distribuidoras pueden lograr la contratación de más de 300,000 clientes y la rehabilitación de redes, con lo cual moverían hacia abajo de forma significativa sus pérdidas comerciales y técnicas y sería reducido el subsidio eléctrico, para el cual el Gobierno deberá destinar este año cerca de US$700 millones adicionales.
El autor es periodista, con 27 años de experiencia