Por Genris García

La pelea a machetazos y puñaladas fue escenificada en la puerta del minibus lleno de pasajeros.

SANTO DOMINGO.- Un “control” y un “cobrador” de una guagua se enfrentaron la mañana de este viernes a puñaladas y machetazos en la avenida 27 de Febrero esquina Duarte.

La pelea, que por suerte no dejó heridos entre ningunos de los protagonistas y pasajeros del minibús que cubre la ruta San Luis-Feria.

Sin embargo, provocó la estampida de pasajeros, incluyendo niños y envegecientes algunos de los cuales saltaron por las ventanas de minibús.

La pelea se originó en que el “control” de la ruta 27 reclamó al chofer que se “parara bien”, lo que provocó la reacción del “cobrador”.

Ambos se enfrascaron en una discusión y el “control” blandió un filoso puñal con el que trató de matar al “cobrador”; sin embargo, la juventud de este le salvó la vida, ya que logró levantarse de su asiento y correr en busca de un filoso machete.

El “control”, en medio del griterío de las mujeres que ocupaban los asientos próximos al “cobrador” trató de apuñalar por la espalda al joven, pero no lo alcanzó.

Como salido de la nada, el “cobrador” blandió un bien amolado machete de color sangre con el que se defendió de las estocadas que le tiraba el “control”.

El minibús estaba detenido y el chofer apenas observaba la pelea.

En tanto, una joven que viajaba justo detrás del conductor despegó con su cuerpo un cristal que no habría y saltó del minibús.

Lo mismo hicieron otros pasajeros que viajaban en otros asientos, mientras los dos hombres intentaban alcanzarse con el puñal y el machete.

La que más perdió fue una joven que viajaba próximo al cobrador con un bizcocho que terminó en el piso del minibús.

Momentos antes, escuché que hablaba con alguien por celular informando que ya iba con el bizcocho.

Una señora, de unos de 67 años que iba en el asiente delante de mí intentaba salir del minibús en medio de la pelea y el nerviosismo. La detuve.

También atiné a buscar a “La Mella”, una chica vecina que se dirigía a la Universidad y estaba sentada justo al lado del cobrador.

Sin embargo, ya ella había saltado detrás de mí, y estaba a salvo de los machetazos y puñaladas que intercambiaban “control” y “cobrador”.

La chica que transportaba el bizcocho se bajó del minibús en la 27 de Febrero próximo a la Barahona. Chofer y cobrador no le pagaron el daño.

En el minibús viajaba un capitán del DICRIM, Dirección Central de Investigaciones Criminales, de la Policía Nacional, iba vestido de civil pero su gorra lo delataba. El oficial hizo como muchos policías, nada. Después de la pelea se sentó al lado del cobrador.

En medio de los gritos de las mujeres, en su mayoría jóvenes que se dirigían a las universidades el chofer siguió su ruta y dejó detrás al bravo “control”.